Cuando Dios habìa terminado con la creaciòn, les dijo a Adàn y a Eva.
-Solo me quedan dos regalos, uno para cada uno de ustedes. El primero es el arte de hacer pipì de pie y el segundo.....
-Yo! yo! yo! Yo lo quiero, yo lo pudo, yo Señor, yo. Interrumpiò Adàn. -Porfis, porfis, no sabes, me facilitarìa la vida sustancialmente.
Adàn, como todos los hombres, portàndose bien gandalla. Eva asintiò y dijo que esas cosas no tenìan importancia para ella. (como siempre, las mujeres tan sumisas.).
Entonces Dios le diò el regalo a Adàn. Èste gritaba de alegrìa, corrìa por el jardìn del Edèn, y se meaba en todos los àrboles. Se iba por la playa con el pizarrìn de fuera haciendo dibujos en la arena y carcajeàndose.
Platicaba con èl como si fuera su mejor amigo (el ùnico que tenìa, claro). Hasta jugaba a perfeccionar su punterìa, como pendejo.
Dios y Eva contemplaban al hombre loco de felicidad y ella le pregunta al Divino:
-¿Cual es el otro regalo Señor?
-El cerebro Eva. Ese es para tì....
lunes, 8 de septiembre de 2008
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